Comentario
CAPITULO III
Vecindario y temperamento de Panamá, noticia de sus
campos y frutos que estos producen
270 Muchos parages de Indias son tan semejantes entre sí en quanto al vecindario y costumbres que parecen uno mismo. Esto se observa tambien en el temperamento, quando la accidental disposicion del terreno no lo hace variar; y como estos assuntos quedan yá bastantemente explicados, no será necessario volverlos á repetir, y quedará satisfecha la curiosidad con hacer mencion de aquellas cosas en que difieren. Assi, dexando sentado que el vecindario de esta ciudad es semejante al de Cartagena en quanto á su calidad, digo que en el genio se nota alguna diferencia porque los de Panamá son mas economicos, mas reducidos de animo y mucho mas puntuales y sutiles para su propia utilidad, y su consto está con mayor aplicacion al interés, en lo qual europeos y criollos siguen un mismo rumbo; y sería dificil acertar á resolver quales son los que empezaron á tomarlo de los otros. Lo mismo sucede con el sexo femenino, á excepcion de algunas señoras europeas que han passado allá con sus maridos yendo de oidores ó con otros empleos porque estas conservan siempre aquellas calidades que les dió la educacion de su país.
271 El vestuario de las mugeres en Panamá empieza á imitar al del Perú y se reduce en la calle á manto y basquiña, que, aunque con alguna novedad en su hechura, se assemejan á los de España. Pero el regular trage, con que andan dentro de sus casas y van á las visitas y otras funciones de corte, se compone, de la cintura arriba, de solo la camisa, en la qual hay unas mangas largas muy anchas y abiertas totalmente por abaxo, y, asi, estas como la abertura del cuello, guarnecidas de encages que procuran sean muy finos porque es de los que pende todo el lucimiento; se faxan la cintura y cuelgan al cuello cinco ó seis rosarios diferentes, unos engarzados en oro, otros de corales de quentas de oro y sencillos engarzados en seda, pero todos desiguales en el gruesso para que hagan mejor harmonía, y, además de esto, una, dos ó mas cadenas de oro, de donde van asidos algunos relicarios; igualmente, adornan los brazos con brazaletes de oro ó tumbaga y, juntamente, sartas de perlas, de corales y avalorios, unas mas arriba que otras; de la cintura abaxo, la pollera solo les llega á la pantorrilla, y desde allí hasta poco mas arriba del tobillo cuelga un encage ancho, que pende de la ropa interior, y calzan zapato. No se distinguen las mugeres de color de las españolas en el vestuario mas que en el manto y basquiño, que es privilegio de estas ultimas, y, en siendoles licito gozar de esta prerrogativa, están en la linea de señoras aunque su estado o possibles no sean muy sobresalientes.
272 Aunque no noté en Cartagena lo que voy á decir, fue por tenerlo reservado para este lugar, y es que, assi en aquella ciudad como en Portobelo y esta, tienen sus moradores un methodo de prorrumpir las palabras quando hablan bien particular; y, assi, como hay unos pueblos que tienen arrogancia, otros dulzura y otros brevedad, este tiene una floxedad y desmayo en las voces tal que es muy sensible y molesto al que le oye, hasta que la costumbre le vá habituando á ello; aun mas sucede en este particular, y es que en cada una de las tres ciudades llevan distinto methodo en el desquadernamiento, flaqueza y acento de las voces, acompañado de diversas sylabas propias de cada uno, no menos distinguibles entre sí que todas ellas apartadas del estilo con que se habla en España. Yo he comprehendido que esto puede provenir en alguna manera de la indisposicion en que están los cuerpos desfallecidos con la calor, aunque tampoco me opongo á que tenga mucha parte la costumbre.
273 El temperamento solo se diferencia del de Cartagena en que el verano se retarda algo mas y tambien cessa primero porque, tanto quanto tardan las brisas en recalar, se adelantan sin cessar. Por las observaciones del thermometro que se hicieron en repetidos dias, sin que se notasse alteracion de unos á otros en unas mismas horas, se concluyó en los dias 5 y 6 de enero de 1736 que á las 6 de la mañana tenia de altura el licor 1020 medio, al medio dia 1023 y medio y á las 3 de la tarde 1025; pero es de notar que yá por este tiempo quieren empezar á recalar las brisas y no es la mayor fuerza de los calores, los quales se experimentan en los meses de agosto, septiembre y octubre.
274 Aunque segun la calidad de aquel clima no debería ser menos abundante de semillas que los otros de su misma naturaleza, son muy escasas las que se encuentran allí, no porque la tierra dexe de ser fértil sino porque sus habitadores viven totalmente retirados de la agricultura. Atribuyese esto á la facilidad con que se exercitan en el comercio y á la aversion que tienen á la fatiga del cultivo de los campos; sease por una ú otra razon ello, es cierto que en las inmediaciones de aquella ciudad no se reconoce mas cultura en la tierra que la natural que goza ella por sí ni se advierte que le haya tenido porque todas aquellas campañas están virgenes, de aqui nace que sea muy escasa de todo y, consiguientemente, cara. En particular, se experimenta la falta total en las verduras y legumbres, no pudiendose atribuir á esterilidad de la tierra porque en una pequeña huerta que cuydaba un gallego en el tiempo que estuvimos allí se criaban de todas especies con mucho vicio; assi, está reducida la ciudad á que todo le entre de fuera, ó de las costas del Perú ó de las de su misma jurisdiccion.